Anteriormente tenía un blog, en
el cual escribía a menudo. El mismo me permitía llevar a cabo una de las
actividades que más placer me dan: la escritura. Lo que sucedió es que decidí
cerrarlo, ya que simbólicamente significaba cerrar etapas. Lo hago
constantemente. La vida es un perpetuo fluir de ciclos y etapas. Yo muero cada
tanto, y cada tanto también vuelvo a nacer, surjo con más fuerza, más
sabiduría, más experiencia.
Por lo tanto, y luego de haber
cerrado un ciclo, empiezo uno nuevo. Y con este, abro un nuevo blog. Empieza un
año nuevo, en el cual tengo muchas expectativas. Porque la vida también se
trata de eso, de las motivaciones, de aquello que nos mueve como motor hacia
nuestras metas. Es menester, por tanto morir. Te aseguro que necesitás morir.
Así, cuando un día te despertás, te sentís limpio, liviano, relajado. De este
modo, podés arrancar mejor.
Por tanto morí, para resurgí. Que
este año sea un constante vivir, para luego matar lo que nos impide avanzar
hacia ella, la vida.
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