La
letra minúscula y la letra mayúscula son de capital importancia dentro del
mundo de la ortografía. No es lo mismo decir “el señor”, que decir “El Señor”;
no es lo mismo escribir “argentina” que “Argentina”; ni tampoco es lo mismo
escribir “pablo” que “Pablo”.
El
tema de la mayúscula es más importante aún, si lo trasladamos a la vida diaria
y ordinaria. Los chicos salen con muchas chicas, hasta que llega “La Chica”,
esa por la cual suspiran, esa que eligen para compartir sus buenos y malos
momentos. Todos vamos pasando por distintos trabajos, hasta que llega uno que
es “El Trabajo”; etc, etc.
Pero
lo que más me interesa es el hecho de que vamos pasando nuestra Vida, como si
fuera simplemente vida. Permítanme explicarme. Recortemos nuestra Realidad a
una realidad de un día solo en nuestra vida. Limítense a prestar atención
acerca de aquello que creen, que piensan; aquello por lo cual viven amargados y
preocupados; véanse desde lejos y analicen las 24 horas de un día común que ¿se
vive? Por vivir con minúscula.
En
efecto, la Vida con mayúscula es dejada de lado. La inmensa cantidad de sueños
que nos albergan dentro, el amor, el pensamiento hondo que nos permite
profundizar acerca de temas harto importantes para el ser humano, la admiración
hacia la Naturaleza, hacia la Inmensidad del Universo es relegado…Vivimos una
vida llena de apuros, de trámites, de insultos, de ira.
Vivimos
lamentablemente porque respiramos, y sólo por eso. No Vivimos. No intentamos
ver más allá de lo que ven nuestros ojos, de lo que tocan nuestras manos.
Creemos que vivimos, pero es una falsa creencia.
Para
llegar a Vivir es menester vivir. Esto es, antes que nada el ser humano debe
tener sus necesidades básicas satisfechas: debe comer, vestirse, vivir en un
hogar medianamente digno; etc, ya que de lo contrario, es imposible pensar. Con
hambre no se puede pensar, es duro, pero es así. Yo no puedo pedir semejante cosa
a quienes luchan a diario para conseguir un pan para sus hijos, porque me
mandaría adonde todos sabemos.
Luego
de tener las necesidades básicas cubiertas, se debe tener otro tipo de hambre.
Ese hambre que hace que nos movamos, que nos levantemos; necesitamos una razón,
un motivo. Necesitamos hambre espiritual, emocional, psicológico. Porque… ¿Qué
se puede esperar de personas que no tienen ni la menor intención de salir de su
cómodas burbujas? Se las puede interpelar, pero no obligar; esto debe salir desde
muy dentro. Que se entienda que acá no hay discriminación de razas, de
religión, de clases, de género, de nada. Quiero que se comprenda que la Vida
solo puede ser Vivida por aquéllos que quieren ir más allá de la vida…
Quien
sigue mi pensamiento y quien concuerde, claro, puede coincidir también conmigo
en el hecho de que esto es muy complicado. Veamos un ejemplo, levante la mano
quién de ustedes fue despedido alguna vez de algún trabajo? Bueno, yo levanto
la mano… Cuando me despidieron yo al principio estaba mal (la vida con
minúsculas a veces suele pegarte) pero luego comprendí que yo no soy mi trabajo.
Yo soy yo, no dejo de tener aptitudes, no dejo de tener voluntad, no dejo de
ser fuerte; No dejo de ser yo. El maldito sistema en el cual vivimos nos hace
creer que si no estamos cómodos en una oficina y si no somos como la imagen que
nos pretenden hacer tragar desde que tengo uso de razón, no somos nada. Cuando
me levanto y comprendo que la Vida quiere que yo aprenda distintas lecciones,
sigo en Camino, lo sigo porque quiero aprender de la vida para vivir una VIDA.
Ya
me golpeó muy duro la vida, la gente también; pero yo no me detengo…No te
detengas, no caigas, porque la vida a veces suele ser muy dura, pero al fin y
al cabo la VIDA te tiene preparado lo mejor…Creéme.